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La “comisaria política” de la Casa Rosada en la Cancillería, Ursula Cristina Basset, tendrá finalmente un cargo formal en la Cancillería, adonde la ministra Diana Mondino se dispone a nombrarla “asesora ad honorem”, es decir sin sueldo, bajo el ala de la Secretaría de Culto y Civilización.
Desde julio, su poder en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto era descomunal, pero no tenía cargo aunque sí despacho.
La Secretaría de Culto y Civilización es conducida a su vez por el joven libertario Nahuel Sotelo, designado como Basset por Santiago Caputo y Karina Milei para velar por la nueva cruzada de la Rosada contra lo que llaman la agenda “woke”, progresista, que aducen, sostuvo la Argentina ante los organismos internacionales.
Esto se tradujo en una serie de rupturas de consenso de la Argentina libertaria, ante la agenda social de la ONU y ante el G20, por ahora, que mantiene crispados incluso a los países aliados.
Para Basset no es un problema tener sueldo o no, ya que tiene otros trabajos y además, según comentan sus allegados, quienes esgrimen que lo que busca en realidad es ser nombrada jueza federal por el actual gobierno.
Su situación ahora como “asesora” es similar aunque no la misma de Caputo. Ella y Sotelo son los mensajeros de la presidencia de Javier Milei en el plano de la política exterior y de la agenda contra la presencia y el rol social del estado en materia de diversidad de género, derechos de la mujer, el niño, la lucha contra el cambio climático y los mensajes contra el divorcio y el aborto, lo que ha crispado la relación de la Casa Rosada con los diplomáticos.
Estos últimos venían advirtiendo varias contradicciones del discurso libertario con los tratados y compromisos internacionales firmados por la Argentina y también con lo que dice la Constitución Nacional.
De hecho, en el ministerio se produjeron tres bajas y seguramente habrá más en relación a ella. La del ahora ex vicecanciller Leopoldo Sahores, y la del director de Derechos Humanos, Christian Machuca, quienes se destacaron por su rol duro frente a las dictaduras regionales ante los organismos internacionales pero a Basset y a Sotelo no les gustó el enfoque de velar por la normativa internacional.
Por su parte fue desplazado el representante argentino ante la ONU, Ricardo Lagorio. Milei los intimó a acatar su idea de «libertad» o «dar un paso al costado».
Y habría más cambios. Afirman que Milei quiere restringir los gastos de los diplomáticos cuando son trasladados al exterior. Y se mantiene aún el frente judicial por el pago de Ganancias que dispuso el Gobierno para el plus que cobran los diplomáticos cuando están en misión en el exterior. Hasta ahora no lo pagaban. Los más jóvenes dicen que el descuento de más del 20% les torna imposible vivir afuera. Y por ahora la Justicia mantiene congelada la medida por una cautelar.
La abogada en derecho de familia Ursula Basset había llamado la atención en un círculo muy especializado de especialistas que siguieron los debates previos a la aprobación de la ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que se aprobó en Argentina, en diciembre de 2020. Por entonces agradaba al sector conocido por el llamado “pañuelo celeste” que se oponía al aborto, pero azoraba con sus posiciones a quienes finalmente triunfaron con la normativa que lleva el número 27.610, las “pañuelo verde”.
«La niña del caso FAL se salvó de seguir siendo abusada gracias a su embarazo. Reflexionemos y no hagamos leyes cómplices del abuso», dijo en referencia a uno de los ejemplos que se utilizaban para avanzar o no en el proyecto de la Campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito, que contempla que una de las causas para interrumpir el embrazo es la violación.
Recibida en la Universidad de Buenos Aires y doctorada en la Universidad Católica Argentina, a Basset también se la oyó poner en duda que una mujer que busca abortar quiera hacerlo en realidad.