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Entrevistar a Pedro Almodóvar siempre es placentero, por más que no sea en vivo, cara a cara, sino a través de un Zoom.
Y más en este caso, cuando las preguntas no serán dirigidas solo sobre su cine, sino por sus actrices (Julianne Moore y Tilda Swinton), porque es su primer largometraje rodado en inglés, por su premio León de Oro a la mejor película que se llevó La habitación de al lado en septiembre…
Pedro es el mismo de siempre: locuaz (habla hasta por los codos), sus respuestas pueden ser kilométricas, pero da espacio para la repregunta. Y si la entrevista dura más de media hora, ni qué hablar.
La habitación de al lado estrena este jueves en la Argentina, y es muy probable que la escuchemos nombrar bastante seguido en la inminente temporada de premios, y en distintas categorías.
Pedro Almodóovar rodando exteriores en Nueva York. Fotos WBY si no conocen de qué va la trama de la película, déjense llevar por el recorrido de la entrevista: el mismo Pedro va dando más que pistas, hasta sus acostumbrados spoilers, porque parece olvidarse que, si bien dialoga con alguien que ya vio la película, va a ser leída por muchos que aún no lo hicieron.
-Quienes hemos seguido tu cine vemos en esta película, fuera de que está hablada en inglés, todos los temas que a vos te interesan. Encontramos tu sello, y en ese sentido me gustaría saber si hubo en algún momento un trabajo cercano con Sigrid Nunez, la autora de la novela What Are You Going Through (Cuál es tu tormento) en la que te inspiraste, cómo fue adaptar estos temas de los que ella habla, pero que también son una profunda constante en tu cine.
-No, el guion lo he escrito yo solo. Y he conocido a Sigrid después de haber escrito el guion. Y lo he hecho, como siempre que adapto una obra de otros, con absoluta libertad. Entonces, realmente lo que más me interesaba cinematográficamente era la visita de la amiga de la enferma y la proposición que la enferma le hace. Entonces, empecé a escribir sobre estos dos temas. Y después ya seguí, no volví a leer el libro, y continué escribiendo de acuerdo con la propia historia que yo ya había establecido, lo que el propio guion me pedía.
La foto que se ve cortada detrás de Pedro, Julianne yTilda, que aparece en la casa del personaje de Swinton, es propiedad del director manchego.-Quisiera preguntarte sobre los cambios al final. En comparación con el libro original, la investigación policial, el encuentro con la hija de Martha, ¿por qué decidiste continuar la historia y de esta manera?
-Yo realmente he cambiado mucho la novela. Para mí, la novela siempre es el origen, pero es algo que yo desarrollo y lo convierto en algo mío. Entonces, no soy fiel, no soy un adaptador fiel a las novelas que hasta ahora he hecho en cine.
Y, para mí, en esta historia era muy importante, según la he ido desarrollando, esa especie de identificación que hay al final de Ingrid con Martha, que es casi como una especie de transferencia de un personaje a otro. Ingrid recibe el legado que le ha dado Martha, y ese legado forma parte de este nuevo personaje, mucho más fuerte de Ingrid, que el que tiene al principio.
«Julianne me ha corregido en algún momento, alguna línea del guion, proponiéndome un modo mejor de decirlo como americana», le reconoció Pedro a «Clarín».-¿Y cómo surgió tu interés por la eutanasia? ¿Has mantenido conversaciones con gente? ¿Te ha tocado alguna fibra personal? ¿Cuál es tu interés por el tema?
-Me parece que la eutanasia es un derecho fundamental de todo ser humano, y como tal, me interesa mucho y creo que es un tema del que todavía hay que debatir en todo el mundo, porque no todo el mundo tiene una ley de eutanasia, como por ejemplo existe en España. Y bueno, es un problema. Es un tema al que hay que acercarse desde la humanidad.
Lo que pasa es que la política tiene que articular una ley para que eso sea posible. Pero me parece importantísimo que el ser humano sea dueño de su vida y que, como un signo de vitalidad, pueda decidir también acerca de su muerte, cuando la vida no le propone nada excepto un dolor insoportable.
Con Moore y John Turturro, ensayando en lo que sería el departamento del personaje de la actriz. Los interiores se rodaron en España.-Me has contado en otras entrevistas que usualmente llevás algo, un elemento, sea un mueble o lo que fuere, significativo para vos, para que cumple una función específica en tu set de rodaje. ¿Qué llevaste al set de “La habitación de al lado”?
-Sí. Pues, por ejemplo, hay una fotografía que indica que Martha ha tenido relación como reportera de guerra en algunos países en conflicto. Son ocho mujeres vestidas de negro, tapadas también con velos negros, todo de negro. Son ocho viudas, en Georgia. Esa foto me pertenece. También, ahí, en el interior de la habitación de Tilda, hay un cuadro pequeño de unas flores inacabadas. Es de un gran artista español que se llama Antonio López, que también me pertenece.
Y también hay dos fruteros que aparecen en la cocina de Tilda, que también son míos. Y seguro que, si sigo pensando, encontraré muchas cosas más. Y también cuando Julianne mira febrilmente entre en unos cajones, hay invitaciones de Vogue, hay varias invitaciones que me pertenecen a mí, o felicitaciones de Navidad en inglés, hasta descubrir un sobre que dice Goodbye. Todas, todas esas tarjetas también me pertenecen. Escogí las que tenía que eran en inglés, claro.
«No quería dar una idea lúgubre de la muerte. Quería que fuera una película llena de vitalidad», y por eso el filme es tan colorido en pantalla.-Presumo que fue bien intencional el hecho de que, cuando normalmente uno filma sobre la muerte, los colores que uno asocia son los grises, los negros, pero vos usaste mucho color. Como los tonos rojos, que utilizó Bergman en “Gritos y susurros”.
-Porque no quería dar una idea lúgubre de la muerte. Quería que fuera una película llena de vitalidad. Y que refleja la vitalidad del personaje de Tilda Swinton. Entonces quería, y tenía que hacer una película luminosa y casi, casi optimista, en el sentido de que la muerte ocurre, pero la ha decidido la persona que va a morir. Y esto supone una gran lección para el personaje de Julianne Moore, que cambia a lo largo de la película con respecto a su idea de la mortalidad. Aprende de Martha cómo disfrutar de cada momento del día, aunque sea en una circunstancia como la que viven.
-Ya habías trabajado con Tilda Swinton antes, pero Julianne es un integrante nuevo para tu familia cinematográfica.
-Sí. Y déjame decirte que también admiro mucho que en muchas películas Tilda sea tan exuberante. Pero es que Tilda tiene un físico, parece que pertenece a otra especie que la humana. Al contrario, Julianne es muy terrenal. Y quería que frente a esta valentía que muestra continuamente Tilda, el personaje opuesto fuera, no tímida, pero sí como miedosa o temerosa. De hecho, el personaje de Julianne tiene un miedo atroz a la muerte y es algo que no acaba de entender ni aceptar. Entonces me parecía que estas cualidades que yo quería para el personaje, se entendían muy bien con el físico de Julianne.
-La muerte está tratada con una elegancia que hasta puede verse como una celebración a la vida lo que hace Marta, no es algo enteramente triste. Podés explayarte sobre eso, y sobre tu mensaje al agradecer tu premio en Venecia, que hablaste sobre la gente que no esté vinculada con un Dios, y acerca del neoliberalismo y de la ultraderecha.
-Por definición, la eutanasia atenta contra la idea de Dios. Entonces, todos los credos, desde el católico a todos los demás, tienen un enorme problema para enfrentarse al hecho de la eutanasia. Porque para ellos Dios es el que da la vida y es el único que puede quitarla. Entonces yo lo que pedí en el discurso de agradecimiento del premio en Venecia, era que las personas que tienen un credo que no admite la eutanasia, deben respetar las decisiones individuales de los que o son ateos o simplemente deciden por su vida de un modo totalmente individual.
Swinton (63) le lleva solamente un mes de diferecia de edad a Moore.O sea, es una cuestión de respeto del otro. No es una cuestión política, es una cuestión humana de respeto de los derechos de los otros. Pero se convierte en un tema político desde el momento que todas las ultraderechas están en contra de la eutanasia. Y ampliando este negacionismo, en este caso a la vida de los demás o a las decisiones de los demás.
El personaje de John Turturro alerta sobre algo que es muy real y que ocurre yo creo que en el mundo entero, pero especialmente en los Estados Unidos, ahora que están a punto de celebrar unas elecciones. Es que en el momento en el que el neoliberalismo feroz, salvaje, que es el sistema que rige en los Estados Unidos, vaya de la mano de la ultraderecha, eso es una mala noticia para todos. Los dos son negacionistas. Eso significa que no van a tomar las decisiones adecuadas para tratar de salvar nuestro planeta, lo cual supone un enorme peligro. Ultraderecha más neoliberalismo es uno de los grandes peligros que ahora mismo hay en los Estados Unidos.
Leyendo el guion entre las dos actrices ganadoras del Oscar.-Me preguntaba si la posición que asume Ingrid sobre la muerte, este cabildeo está más cercano a vos, o con qué personaje te identificás más en tu película.
-Ingrid está absolutamente cerca de mí, y lo digo como una forma de reflexión sobre la mortalidad, porque hoy me siento muy maduro. Y, de hecho, en ese sentido, todos los días tenemos múltiples demostraciones de muertes, me refiero a que estamos viviendo guerras en este momento, y no puedo entenderlo. Es como algo antinatural, ¿no es cierto?, que algo que está vivo esté condenado a morir. Me lo encuentro antinatural.
En efecto, el personaje de Julianne, en ese sentido, está muy cerca de mí. Y uno de los procesos que vive el personaje de Julianne, al tener la muerte tan cerca, la muerte de su amiga, es que termina accediendo a entender que la muerte, si es algo que lo ha decidido el propio individuo, es mucho más entendible y aceptable que de otro modo.
«Durante mucho tiempo me negué a trabajar en inglés, me han ofrecido proyectos en Hollywood. Pero mi manera de filmar está muy alejado de cómo se produce cine en Hollywood».
Almodóvar hablando en inglés
-Ha pasado mucho tiempo para que te decidas a trabajar en otro idioma. ¿Es algo que querés seguir haciendo, rodando en inglés?
-Es cierto, durante mucho tiempo me negué a trabajar en inglés, me han ofrecido proyectos en Hollywood. Pero mi manera de filmar está muy alejada de la manera de producir cine en Hollywood. Pero en este caso era algo que debía ser en inglés, porque los personajes viven en Nueva York, y son americanos. Pero lo filmé en mis propios términos, la forma en que mi empresa produce mis películas es muy diferente, lo hacemos de manera artesanal, es como lo opuesto a la forma de trabajar en Hollywood.
No había trabajado con Julianne Moore, a quien encuentra «más terrenal» que a Tilda Swinton.-¿Cómo fue el proceso de trabajo en el set con estas dos grandes actrices? Imagino que también el idioma influye hasta en la forma de conectar, y de alguna manera está en el proceso creativo de la relación del director con sus actrices.
-Pues Tilda responde muy bien a esa pregunta, diciendo que nuestro idioma es el idioma cinematográfico y que ése es un idioma universal en el que nos entendemos muy bien. Es verdad que, por ejemplo, con respecto a Tilda, tenemos gustos muy parecidos en cuanto a literatura, a cine, que ya había descubierto en mi corto La voz humana, y tuve una química inmediata con ella. Entonces la lengua, que podría ser un problema, dejó de serlo.
Pero con Julianne, que es americana, no he tenido problemas para relacionarme con ella. Le he dado las indicaciones que necesitaba. Pero Julianne sí me ha corregido en algún momento, alguna línea del guion, proponiéndome un modo mejor de decirlo en los Estados Unidos, o en Nueva York. Y eso suponía un pequeño problema para mí. Pero yo decidí fiarme de ella. Y cuando me lo indicó, que fue como tres o cuatro veces, cambié la línea del diálogo de acuerdo con lo que ella decía, porque no puedo competir con ella en el lenguaje, porque ella es americana.
Marcando una escena a la inglesa Tilda Swinton. Gran parte se filmó en España.-Martha, desde su enfermedad, resiste, y un personaje lo entiende como un crecimiento hacia lo espiritual. ¿Estás de acuerdo con lo que expresa ese personaje?
-Ella está criticando justamente a la gente que piensa así. Eso no significa que no sea una luchadora. Al contrario. Pero su lucha contra el cáncer también es personal y su modo de luchar es, como dice la película, llegar a la muerte antes de que le gane el cáncer. Yo creo que todos los enfermos luchan hasta donde pueden. Pero es un tópico, yo creo que muy cristiano, pensar que si sobrevives eres un héroe. Pero si no, eres lo contrario. De ese tipo de ética es con la que ella reacciona a la contra. Porque no es cierto.
-Después de tantos años, y 23 películas, ¿no te parece un poco irónico que tuviste que hacer una película en inglés para ganar el León de Oro?
-Sí. Es curioso. Es una coincidencia curiosa: también ocurrió con Buñuel. Los dos únicos Leones de Oro a directores españoles. Fue en el ’68, con Belle de Jour, de Buñuel, que tampoco era en español, era en francés. Y ésta que es en inglés. Pero bueno, han resultado. Así han sido las cosas, pero de todos modos, eh, como dije en el agradecimiento, el espíritu es español.
Con el León de Oro a la mejor película en Venecia. Fue el segundo español en garalo, tras Luis Buñuel. Foto EFE -Noto, no sé si porque todos estamos más grandes, pero que “La habitación de al lado” es una de tus películas más dolorosas. ¿Pensás lo mismo?
-¿Qué es de las más dolorosas? Yo espero que el espectador no sufra demasiado viéndola. Pero, en efecto, la película es acerca del dolor, y acerca de él, de cómo reacciona un personaje a su propio dolor, en este caso producido por un cáncer. Quiero creer que justamente la película también cuenta cómo en esa especie de apocalipsis personal, el personaje de Tilda es capaz de disfrutar de las cosas, de disfrutar de la nieve…
Cuando en el hospital recita las palabras de James Joyce… En efecto, es muy doloroso cuando habla de que se ha reducido a lo mínimo de sí misma, se ha reducido a la mera supervivencia, porque el resto de las experiencias, leer, la música, escribir, han perdido la magia que tenían antes. Tilda está maravillosa en esa secuencia. Y es muy doloroso oírle decir eso. Pero he tratado de iluminar la película con momentos más optimistas.
El directo aaptó una novela y pensó que las protagonistas podían ser amantes. Pero desechó la idea.-En la escena que hablabas antes, donde Tilda cuenta cómo ya se le ha reducido todo en el mundo a cosas muy pequeñas, ¿notás que a vos, a tus 75 años, te empieza a pasar lo mismo?
-Jaja, no, no, en absoluto. Absolutamente nada.
-La película es sobre una amistad romántica que, aunque no son amantes, tienen esta conexión entre ellas mismas, que es una conexión muy fuerte.
-Es cierto que se habla de una intimidad extrema entre estos dos personajes que va creciendo con el tiempo, y que se puede confundir con el amor. Absolutamente. Pero la película, y ése es un tema importante, habla de la capacidad del ser humano para acompañar, para estar al lado, aunque sea en silencio, y que en ocasiones como ésta, es lo mejor que se puede hacer por otra persona.
Es cierto que durante la escritura tuve la tentación de hacerlas amantes como el final de su relación. Pero decidí que no fuera así, justamente porque me parecía más original que no fuera así. Pero en efecto, es una relación romántica. Creo, como dice Tilda, que no se puede querer más a alguien de lo que quiere Julianne a Tilda durante el final de la película.
Lo que he preferido es cambiarlo, como ocurre en Persona, de Bergman, en una especie de… Tilda casi se reencarna en Julianne. O sea, Julianne al final está hablando con la hija de Tilda diciendo las cosas que Martha tendría que haberle dicho. Hay una especie de transferencia, de un personaje a otro. Y Julianne, cuando al final se enfrenta al policía, se enfrenta con una bravura que le pertenece más a Martha que a ella. Hubo una especie de transferencia entre las dos personalidades.
Pedro llega a la premiere de «La habitación de al lado» en la Mostra de Venecia. Foto ANSA
Tilda Swinton, en doble papel
-Ahora que hablás acerca de la hija de Martha, de Michelle. ¿Cómo fue recrear este personaje? O sea que sea Tilda más joven, no sé, llamó mucho mi atención.
-Pues se llevan 16 años, porque Martha era adolescente cuando tuvo a Michelle. Y para mí era muy importante, porque en la película flota la idea de la reencarnación. Pero de la reencarnación de Martha, no solo en el personaje de Julianne, sino incluso en el de su propia hija. La escena en la que las ves a las dos en las reposeras se parece mucho a una escena previa entre Ingrid y Martha. Entonces reforzaba el hecho de que fuera Tilda quien hiciera también a la hija. Reforzaba esa idea sutil de reencarnación. Incluso cuando nieva sobre ellas dos, también para mí es una especie… La nieve es una especie de reencarnación de Martha. Es Martha la que nieva sobre los cuerpos de su hija e Ingrid.
-El nombre de Ingrid hace pensar en otra Ingrid, en Bergman… Se ve un afiche de «Viaje a Italia» (Viaggio in Italia), que protagonizó ella…
-Sí, sí, en efecto. En efecto, “Bergman” está presente en mi película, no solo por Ingrid Bergman, sino también por Ingrid Thulin que, además de su amante, hizo bastantes películas con él. Pero es verdad que el llamarla Ingrid era un modo de que Bergman estuviera presente.