Cómo fue el flechazo entre la diva de los almuerzos y su marido, el recordado cineasta.
Mirtha Legrand y Daniel Tinayre se conocieron el 24 de diciembre de 1945 en el set de filmación donde la entonces actriz en ascenso de 17 años estaba por grabar una escena de la película Cinco besos, dirigida por Luis Saslavsky. Las miradas se cruzaron y de inmediato nació el amor.
El romance entre la Chiqui -que a los 12 años había sido elegida Reina del corso de Avenida de Mayo y a los 14 protagonizó Los martes, orquídeas– y el director de 35 años avanzó tanto en tan poco tiempo, que dos meses después se anunció el compromiso. Fue el 23 de febrero, el día en que las gemelas Mirtha y Silvia Legrand cumplían 18 años.
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La boda se realizó el 18 de mayo de 1946 en la iglesia San Martín de Tours, del barrio de Palermo. Los rumores sobre un posible embarazo de la diva empezaron a circular siete meses después, cuando la Chiqui se desmayó en plena grabación de El retrato, una de sus recordadas películas en blanco y negro con Juan Carlos Thorry y Alberto de Mendoza.
Su primer bebé, Daniel Tinayre -que como se acostumbraba en la época, se llamó igual que su padre- nació el 20 de agosto de 1947. Y Marcela, tres años después, el 31 de octubre de 1950.
Daniel Tinayre y Mirtha Legrand: los almuerzos y sus pocas peleas
Durante la crisis del cine argentino, a fines de los cincuenta, el director le propuso a su esposa que empezara a hacer teatro y tiempo después, televisión. Con su gran visión, Alejandro Romay le propuso a Mirtha un programa novedoso, en el cual realizaría entrevistas durante un almuerzo televisado.
Así, en 1968 empezó el famoso Almorzando con las estrellas, con dirección y producción de Daniel Tinayre, que enseguida pasó a llamarse Almorzando con Mirtha Legrand. El ciclo todavía es uno de los programas más exitosos de la televisión argentina, conducido los sábados a la noche por Mirtha (La noche de Mirtha) y los domingos al mediodía por su nieta Juanita (Almorzando).
El matrimonio, que se amó muchísimo hasta el último día, empezó a tener algunas confrontaciones en el mundo laboral. La famosa frase “¡Mierda, carajo!” pudo escucharse en un video que el recordado Gerardo Rozín -entonces gerente de Programación de Canal 9– le había pasado a Chiche Gelblung.
Todo comenzó cuando para el almuerzo televisado de Fin de Año (de un año que no pudo rastrearse) tiraron papelitos que quedaron en el peinado de la diva y la pusieron de malhumor. Luego, Mirtha se tropezó con los globos que decoraban el estudio y finalmente se enojó con un camarógrafo que la tomó de perfil.
La Chiqui y el enojo con su marido, Daniel Tinayre.
En esa ocasión, Daniel Tinayre le dijo dos veces “Calmate” y ella le contestó siempre “No me calmo nada”. Su marido le pidió: “Vamos a esperar cinco minutos antes de empezar, porque en este estado no podés…”. Y “La Chiqui”, que ya estaba muy nerviosa, le contestó “¡Mierda, carajo!”, dejando el estudio en silencio.
Las muertes de Daniel Tinayre padre e hijo
Daniel Tinayre padre murió el 23 de octubre de 1994, como consecuencia de una hemorragia gastrointestinal, una complicación de la enfermedad que padecía, Hepatitis B. Mirtha Legrand lo recuerda cada año en sus distintos aniversarios con el mismo amor que los había unido.
Llamado Danielito hasta su último día, el hijo de Mirtha viajó a París los 25 años, para estudiar en el prestigioso Instituto de Altos Estudios Cinematográficos. Era un hombre que prefería la naturaleza a la ciudad, y el anonimato a la fama y la exposición de su familia. Por eso no se dedicó a la dirección cinematográfica, e instaló una veterinaria junto a su socio y pareja, Roberto Gerosa.
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El 20 de abril de 1999, Daniel Tinayre hijo falleció a los 50 años. A pesar del silencio de su familia, su muerte se habría debido a un cáncer de páncreas. Apenas supo de su enfermedad terminal, el hombre se mudó a la casa de su madre, donde pasó sus últimos días acompañado por su familia.